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¿Esperando una fecha especial para celebrarte? La ciencia dice que la verdadera fiesta es hoy.

  • Roble Agencia
  • 29 sept
  • 3 Min. de lectura

Llega septiembre, el mes que dedicamos al Amor y la Amistad. Nuestras agendas se llenan de recordatorios: el cumpleaños de esa amiga, la cena con nuestra pareja, el detalle para ese ser querido. Somos expertas en encontrar razones para celebrar a los demás. Pero en esa lista de festejos, ¿dónde quedas tú?

Hemos sido condicionadas a esperar. Esperamos el "gran momento": el ascenso, el aniversario, el fin de un proyecto... para sentir que merecemos una celebración. Postergamos nuestra propia alegría esperando una validación externa, una fecha en el calendario que nos dé permiso. Pero, ¿y si te dijéramos que esa mentalidad no solo te roba la felicidad del presente, sino que va en contra de tu propio bienestar?


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La Verdad No Dicha: Estamos programadas para no celebrarnos

La "verdad no dicha" es que a muchas mujeres se nos enseña que ponernos primero es un acto de egoísmo. Celebrar nuestros pequeños logros diarios parece un capricho, un lujo para el que no hay tiempo en medio del "corre-corre" de la vida. Damos por sentado nuestro propio esfuerzo y resiliencia, mientras aplaudimos con fervor los de los demás. Este patrón no es inofensivo; nos agota y nos hace sentir que nunca somos suficientes.


La Ciencia detrás de la Auto-Celebración

Esto no es solo una idea bonita, es una herramienta poderosa para el bienestar mental.


  • La psicología positiva ha demostrado que la práctica de "saborear" (del inglés, savoring) los pequeños momentos positivos y los logros modestos aumenta significativamente los niveles de felicidad y reduce los sentimientos depresivos. No se trata del tamaño del logro, sino del acto consciente de reconocerlo.

  • Estudios sobre neuroplasticidad sugieren que celebrar pequeñas victorias crea nuevas vías neuronales. Literalmente, entrenamos a nuestro cerebro para que reconozca el éxito y se sienta más motivado, creando un ciclo positivo de logro y recompensa.

  • Además, la auto-compasión, que es la base de la auto-celebración, está directamente vinculada a una mayor resiliencia. Una investigación de la Dra. Kristin Neff muestra que las personas que se tratan con la misma amabilidad que tratarían a un amigo, manejan mucho mejor el estrés y la ansiedad.


Tu Vida, Tu Fiesta

Si la ciencia lo confirma y nuestro bienestar lo pide, ¿por qué seguimos esperando?

Esa es la pregunta que nos impulsó a crear nuestra filosofía para este mes: Tu Vida, Tu Fiesta. Es una invitación a darle un giro a la celebración. A dejar de buscar razones externas y a entender que la razón más importante ya la tienes: .

No se trata de grandes eventos, sino de transformar lo cotidiano. Se trata de entender que el amor más importante es el que te tienes a ti misma, y ese amor se cultiva y se celebra día a día.

¿Cómo empezar tu celebración diaria?

Hacer de tu vida una fiesta es más simple de lo que parece. Empieza por convertir tus rutinas en rituales conscientes:


  1. Tu Ducha como un Reinicio Festivo: En lugar de una carrera de 5 minutos, tómate 60 segundos extra para sentir el agua tibia, para disfrutar la textura cremosa de tu jabón corporal Amatic, para respirar profundo. Estás celebrando tu cuerpo y dándole la energía para empezar el día.


  2. Tu Hidratación como un Acto de Amor: Mientras aplicas tu crema humectante, no lo hagas de afán. Agradece a tu piel. Reconoce la fuerza de tus brazos, la capacidad de tus piernas. Estás celebrando tu fortaleza.


  3. Tu Momento del Desodorante como un Sello de Confianza: El último paso antes de salir al mundo. Mientras usas tu desodorante Amatic, mírate al espejo y regálate un cumplido. Estás sellando tu intención de sentirte segura y protegida.


Celebrar a tus amigos y a tu pareja es maravilloso. Pero nada de eso florece si la fuente principal de amor no está nutrida.


Este mes de Amor y Amistad, te invitamos a empezar por la celebración más fundamental. No esperes a que alguien más traiga el confeti. Tú eres la razón, tú eres la invitada de honor, tú eres la fiesta. Y la celebración empieza ahora.

 
 
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